Situada al norte de Barcelona, Granollers una excelente zona para descubrir, ya sea en familia, con amigos o con tu pareja. A continuación, te contamos cuáles son aquellos lugares que no te puedes perder:
La Porxada. Es un edificio renacentista construido entre los años 1586 y 1587 para alojar el grano. Restaurado en varias ocasiones, es el edificio más emblemático de Granollers.
La iglesia de Sant Esteve. Ubicada en el centro de la ciudad, es el templo más grande de Granollers. Su construcción data del siglo XV, pero tuvo que ser reconstruida tras la guerra civil, ya que sólo se salvó su campanario.
Las murallas. Se trata de uno de los elementos más característicos de Granollers, cuya construcción comenzó en el año 1291. Aunque fueron derribadas a finales del siglo XIX, todavía se conservan algunos restos en la ciudad por su interés histórico y cultural.
El antiguo hospital de Sant Domènech. Restaurado y convertido en la Sala Francesc Tarafa, supone un gran ejemplo de arquitectura gótica.
El museo de Granollers. Posee una gran diversidad, pues en él encontramos colecciones arqueológicas, etnográficas (pueblos y su cultura) y numismáticas (monedas y medallas), además de arte antiguo, moderno y contemporáneo.
La Roca Village. Es un centro comercial que reproduce el curioso entorno de un pueblo mediterráneo. Entre sus más de cien tiendas, podemos encontrar algunas de las firmas de moda de mayor prestigio, a unos precios más reducidos.
Espacio natural de Can Cabanyes. El lugar perfecto en el que pasar una jornada rodeado de naturaleza. Cuenta con una gran zona boscosa en la que predominan los pinos y encinas, un centro de educación ambiental y un humedal.
Espacio natural de la Fuente del Ràdium. Recientemente recuperado, era uno de los entornos favoritos de los granollerenses para el ocio. Cuenta con un área de descanso y una fuente que imita la desaparecida tras la construcción del polígono industrial, la cuál era famosa por las propiedades digestivas del agua.
Parques natural del Montseny. Este precioso mosaico de paisajes ha sido declarado reserva de la biosfera. Tres son los conjuntos montañeses que configuran el macizo: por un lado, la carena del Turó de l’Home y las Agudes (1.706 m i 1.703 m), el Matagalls (1.697 m) y, por último, el Pla de la Calma (Puig Drau 1.344 m). Además, el territorio acoge pequeños pueblos que cuentan con una excelente oferta gastronómica.
El Montnegre-Corredor. A lo largo de una extensión de 15.000 hectáreas, cuenta con una gran variedad de vegetación gracias a su cercana situación respecto al mar. Los restos ibéricos, los dólmenes neolíticos y las iglesias medievales se entremezclan en un entorno natural de bosques, cultivos y masías para convertirse en un lugar de obligada visita para cualquier amante del turismo y la naturaleza.